La piedad es un pilar fundamental que define la vivencia espiritual y el compromiso profundo con Dios y el prójimo. Marie Poussepin vivió y enseñó una pedagogía cimentada en la fe, donde la educación es una expresión de amor y entrega. La piedad impulsa la formación de personas íntegras, con valores sólidos, sensibles a la justicia y la solidaridad, capaces de actuar con responsabilidad social desde el respeto y la compasión hacia los demás.
