“Educar es formar personas aptas para gobernarse a sí mismas, y no para ser gobernadas por otros. Herbert Spencer”

El papa Francisco en su mensaje a los docentes y estudiantes en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador expresó. En el Evangelio acabamos de escuchar cómo Jesús, el Maestro, enseñaba a la muchedumbre y al pequeño grupo de los discípulos, acomodándose a su capacidad de comprensión. Lo hacía con parábolas, como la del sembrador (Lc 8, 4-15). El Señor siempre fue concreto, de una forma que todos podían entender. Jesús, no buscaba, «doctorear». Por el contrario, quiere llegar al corazón del hombre, a su inteligencia, a su vida y para que ésta dé fruto.

La parábola del sembrador, nos habla de cultivar. Nos muestra los tipos de tierra, los tipos de siembra, los tipos de fruto y la relación que entre ellos se genera. Ya desde el Génesis, Dios le susurra al hombre esta invitación: cultivar y cuidar.

No solo le da la vida, le da la tierra, la creación. No solo le da una pareja y un sinfín de posibilidades. Le hace también una invitación, le da una misión. Lo invita a ser parte de su obra creadora y le dice: ¡cultiva! Te doy las semillas, te doy la tierra, el agua, el sol, te doy tus manos y la de tus hermanos. Ahí lo tienes, es también tuyo. Es un regalo, es un don, es una oferta. No es algo adquirido, no es algo comprado. Nos precede y nos sucederá.

Queridos niños y niñas hoy los acogemos con cariño, saben que esta es su casa, los invitamos a estudiar con alegría, con entusiasmo, con responsabilidad, cada uno de ustedes es muy importante, pongan en común cada una de las cualidades que han recibido de papito Dios.

Como el sembrador los invito a sembrar aquella semilla del saber, para que cada día den frutos y así sean niños y niñas que se cultiven no solo intelectualmente sino integralmente, recuerden que son personas y como tal es necesario prepararse y dar lo mejor a sus compañeros. Ustedes son capaces así que pilas. Hoy les digo, ánimo, adelante y empiecen con pie derecho su año lectivo, cuenten con el apoyo de sus autoridades, maestros y maestras y con el ayuda de cada uno de sus compañeros y compañeras, en la medida en que se exijan ser mejores unos a otros.

Queridos niños y niñas que hoy vienen por primera vez, siéntanse en su casa, por favor acójanles con cariño como es propio de todo estudiante de la presentación; esto es, con alegría, entusiasmo, solidaridad y con el deseo de que se sientan en familia. No los dejen solos en ningún momento.

Queridos padres y madres de familia, gracias por su confianza en nuestra Institución, deseamos trabajar en equipo, queremos que ustedes nos ayuden a la formación de sus hijos e hijas, y así, podamos alcanzar la meta deseada, ver a nuestros estudiantes cada día más responsables y comprometidos con su estudio.

Quiero dar gracias al Buen Dios y a mi Comunidad que me confía este nuevo servicio al frente de la Institución para que pueda responder con alegría, entrega, generosidad y exigencia a esta nueva misión.

Como dice el Papa Francisco, oren por mí, yo les pido a ustedes padres de familia, maestros y estudiantes orar por mí, para que tenga la sabiduría necesaria y pueda guiar a la Comunidad Educativa. Junto con sus maestros y maestras declaro inaugurado el año lectivo 2019- 2020. Bienvenidos a todos. Que Jesús el Maestro por excelencia y nuestra Señora de la Presentación, Marie Poussepin guíen minuto a minuto, día a día el caminar de nuestra Institución.